Por Amadora la surfeadora.
Cuando veo un chico que me gusta y ese gusto es correspondido, podría decir que una gran ola está por formarse. Yo digo siempre “nos entubamos”.
Me encantan los amores vertiginosos, de esos novelescos que te ponen intensa. Mis amigos me dicen que soy apasionada e intensa. Para mí es un halago, no me gusta la vida tranquila, monótona. Y me he dicho que cuando por fin deje de pagarme la carrera me iré de viaje a las playas más lindas por meses, sólo bebiendo cocos, conociendo chicos que tengan un hermoso bronceado y amen el surf como yo.
Ya estoy por terminar mi año de abogada, y tomé esa carrera porque de artes plásticas me dijeron que en este país no se come. Aquí uno emprende por pura sobrevivencia, no porque estemos rodeados de los próximos descubridores de la última tecnología. Ojalá que si, ojalá que si. Pero no sé por que la realidad no me lo pinta así. Vendo mis artesanías de mar en San Salvador, con eso me pago buena parte de mis gastos, y en otras pues me compro ropa usada, y hago mi propio estilo vintage. Me pago mis gastos haciendo cosas con las manos, me gusta, no puedo dejar de hacer lo que me fluye. Pero también tengo que salir bien en las notas, porque no quiero pasar una año más aquí. Me quiero ir lo antes posible, pero no quiero decepcionar a mis papás, así que voy a terminar la carrera que consideraban aceptable para su hija.
Por alguna razón, al salir del cole, pensé que escuchar por una vez a mis papás para algo importante iba a ser bueno. Así que me embarqué en la abogacía y aquí, queriendo salir de la carrera y yendo cada viernes a domingo que no toca parciales a mi Punta Roca.
Me acuerdo que la primera madrugada que fui me tragué un poco de agua y me dio una churrutaca del infierno que ni fui a clases por tres días. Pero ahí me tenías el otro viernes, dando mis revolcones contra las rocas, pero con la boca cerrada.
Soy noviera, no puedo durar mucho tiempo con los boyfriends porque cuando ven que quiero seguir con mi surf, terminar mi carrera y que nadie me estorbe, pues no les queda más remedio que dejarme, porque yo no los dejo. Me gusta aferrarme a la idea que tal vez me acepten como soy. Pero cuando ven que pasa un mes y no dejo a mis amigos del surf, me voy con ellos al amanecer pues me dejan. Nadie acepta que tenga amigos, y menos que me vaya con ellos a surfear, sin más. No pueden creer que no quieran nada conmigo, o más bien, que yo no quiera nada con ellos y lo deje así. A la fecha nadie ha comprendido que me respeto, y que puedo tener amigos chicos que no hayan abusado de mí. No les entra en la cabeza que yo no haya dejado que pasen de la amistad y el amor por el mar. Mis amigos me dicen que soy un hermano más y de verdad que me tratan así, como uno más. Y como yo no tengo hermanos, pues me siento muy bien con ellos.
No soy buena rogando los chicos con los que he andado piensan que no los quiero y terminan por dejarme. Es que no puedo hacer esas vocecitas chillonas que hacen mis compañeras de clase, esos chirridos de gata herida, o hacerlos sentir importantes, más que yo… ¿Por qué?,¿Acaso no soy yo importante para mi y ya?, Pues si. Pero mis compañeros, mis amigos, ya me han dicho que el día que acepte que soy lesbiana voy a ser bien feliz. Pero, ¿Saben que? no me gustan las mujeres, es sólo que no he tenido suerte con los bichos de aquí. Tal vez en otros países son mente más abierta, son menos trogloditas, o por lo menos no esperan que sea otra que no sea yo.
Tengo muchos amigos varones, pocas amigas porque no les caigo bien en el largo plazo. Me ven rodeada de chicos en la cafe y a mis espaldas me dicen, “la zorra”, “la ostrera”….por no usar las más despectivas… Mi cabello no era tan rubio, pero ahora con mis horas en el mar el cabello se me ha puesto claro. No soy oxigenada, aclaro porque sé que mujeres me van a leer y no soy muy fan del salón.
Chalo ha sido mi último novio. Ya llevo seis meses a dieta de novios. ¿Por qué? quiero darme un break, un respiro. He encontrado paz en el reventar de las olas. Y ese ruido tan hermoso cuando el agua retrocede para luego formar un monumento acuático azul negro a punto de reventar… ¡Cómo amo ese sonido! Así veo la vida, así la pienso hoy, cuando algunas cosas retroceden es porque una enorme ola está por formarse.
Por ahora disfruto de esto. De mi misma. No me siento sola. Tengo muchos amigos. Mis papás no entienden eso, dicen que es peligroso rodearme de hombres, que las chicas no me comprendan. Pero no pienso estar aquí por mucho, sólo pienso en terminar la carrera, salir de aquí y hacer mi vida como la sueño. Trabajando en lo que amo hacer, crear mil cosas con mis manos, venderlas y andar nómada donde el estruendo de las olas me llame y si encuentro un chico que me ame y que yo pueda amarlo como nos amamos a nosotros mismos pues si, que sea la entubada de mi vida.